Nunca más tendrás despertares como
aquellos, ni tampoco noches con despedidas románticas. No habrá te
quieros de corazón, sus caricias empiezan a delatarle. Empiezas a
ver como un extraño a aquella persona a quien le juraste mil años.
El tiempo empieza a deteriorar lo que nunca pensabais que podría ir
a mal. Ahora es cuando piensas en todo lo que podías haber cambiado
y haber hecho bien, pero ya es tarde, ya no vas a sentirlo más,
nunca más.
Tendrás que ir borrando sus recuerdos,
aceptando que sus besos están en otros labios que no son los tuyos,
que sus manos no se deslizan por tu cuerpo, y que su alma ya no está
ligada a la tuya. A ojos externos dices que no quieres que vuelva,
pero por dentro sabes que si vuelve, tu vida está a su lado. No es
la persona errónea, sino la perfecta en una distancia equivocada.
Dejáis de ser uno, para ser dos
desconocidos que se conocen muy bien, que forman parte del pasado, y
no de vuelta.
Empiezas a pasar tiempo en soledad, y
solo piensas en él, en todo lo que diste y lo que se fue. En que aún
quedaban mil cosas por las que luchar juntos, y en que sientes tanto
no haberle podido dar aquellos momentos que tanto ansiabas tú, pero
más ansiaba él...
Le considerabas la cima de tu montaña,
tu apoyo máximo, tu sonrisa diaria asegurada, tu sueño luchado... y
ahora, todo ha girado. Su indiferencia te mata, su poca ilusión son
tus lágrimas, y sus silencios son para ti tu cadena perpetua. A
partir de ahora, no sabrás como mirarle a la cara cuando tengas la
oportunidad, y lo que antes eran besos, ahora son caras apartadas
para intentar no temblar al recordarlo.
Pasará el tiempo, y el dolor se
aferrará a ti, quizás lo olvides, pero sabes que nunca habrá nadie
que te cuide de aquella forma ni que te haga tan feliz como él lo
hacía. Que nunca dejarás de verlo y no sentir nada, que no lo
considerarás uno más, sino el único con el que te apetece vivir el
final. Y después de que el tiempo y la distancia ganen el puso al
amor, solo se te ocurre una sola palabra para él... gracias.
Se ha quedado una historia vacía, sin
terminar, la cual echa de menos un final.
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