domingo, 23 de diciembre de 2012

La persona perfecta, en la distancia equivocada.


Nunca más tendrás despertares como aquellos, ni tampoco noches con despedidas románticas. No habrá te quieros de corazón, sus caricias empiezan a delatarle. Empiezas a ver como un extraño a aquella persona a quien le juraste mil años. El tiempo empieza a deteriorar lo que nunca pensabais que podría ir a mal. Ahora es cuando piensas en todo lo que podías haber cambiado y haber hecho bien, pero ya es tarde, ya no vas a sentirlo más, nunca más.
Tendrás que ir borrando sus recuerdos, aceptando que sus besos están en otros labios que no son los tuyos, que sus manos no se deslizan por tu cuerpo, y que su alma ya no está ligada a la tuya. A ojos externos dices que no quieres que vuelva, pero por dentro sabes que si vuelve, tu vida está a su lado. No es la persona errónea, sino la perfecta en una distancia equivocada.
Dejáis de ser uno, para ser dos desconocidos que se conocen muy bien, que forman parte del pasado, y no de vuelta.
Empiezas a pasar tiempo en soledad, y solo piensas en él, en todo lo que diste y lo que se fue. En que aún quedaban mil cosas por las que luchar juntos, y en que sientes tanto no haberle podido dar aquellos momentos que tanto ansiabas tú, pero más ansiaba él...
Le considerabas la cima de tu montaña, tu apoyo máximo, tu sonrisa diaria asegurada, tu sueño luchado... y ahora, todo ha girado. Su indiferencia te mata, su poca ilusión son tus lágrimas, y sus silencios son para ti tu cadena perpetua. A partir de ahora, no sabrás como mirarle a la cara cuando tengas la oportunidad, y lo que antes eran besos, ahora son caras apartadas para intentar no temblar al recordarlo.
Pasará el tiempo, y el dolor se aferrará a ti, quizás lo olvides, pero sabes que nunca habrá nadie que te cuide de aquella forma ni que te haga tan feliz como él lo hacía. Que nunca dejarás de verlo y no sentir nada, que no lo considerarás uno más, sino el único con el que te apetece vivir el final. Y después de que el tiempo y la distancia ganen el puso al amor, solo se te ocurre una sola palabra para él... gracias.
Se ha quedado una historia vacía, sin terminar, la cual echa de menos un final.  

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