sábado, 1 de octubre de 2011

Yo para ti, tú para mi.

Somos como dos desconocidos cuando estamos a dos centímetros, como extraños estando a uno, como almas gemelas cuando nos tocamos. Ese momento en el que nuestras miradas chocan al mismo tiempo, ambas se paran, y se miran fijamente. No queremos perder ni uno de los detalles que guarda esa mirada fija, es tanto nuestro interés, que conseguimos ver nuestro propio rostro reflejado. Es como si tu mirada, fuera la mía, y la mía fuera ya tuya para siempre. Ambos sonreímos, sabiendo que somos más que algo pasajero. Me coges primero de un dedo de la mano, y después, atrapas mi mano entera, enlazándola con la tuya. Un escalofrío recorre mi cuerpo, esto va a ir bien. Recorremos camino juntos, hablamos, volvemos a sonreír, nos volvemos a mirar, y yo, sin querer queriendo, te robo un beso; el primero de otros muchos. Ahora, no hay marcha atrás, somos uno.

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